MANIFIESTO EN EL DÍA INTERNACIONALES DE LAS MUJERES
¡NI UNA MENOS! – MUCHOS MAS!

En Nicaragua crece el índice de violencia contra las mujeres, y su expresión más repugnante y triste es el femicidio.
Ante esta realidad criminal y degradante de la dignidad humana debemos ser claros y categóricos: Ni una menos!, las queremos vivas!
Hablamos de justicias, democracia, libertad, desarrollo pero no puede haber verdadera justica y desarrollo cuando las mujeres están siendo violentadas por hombres agresivos, machistas.  Ellas representan más del 50% de la población nicaragüense y son la base de la productividad en lo público y privado.
La sociedad nicaragüense está enferma de violencia y corrupción a diferentes niveles, pero en las relaciones de poder establecidas por el contrato social machista las mujeres salen perdiendo más y peor.
El machismo no tiene sexo, lo reproducimos hombres y mujeres; este sistema de muerte está en la base del emocionar cultural y se expresa en los poderes facticos, a nivel de la microfísica y microfísica del poder patriarcal.
La lucha por una sociedad equitativa, es la lucha por una educación del emocionar humano. Educar para la vida, la convivencia, la aceptación del otro/a, diferente, parecidos, contrarios dialogantes.
Hombres, atención!: la lucha por la equidad es la lucha por prevenir que más mujeres mueran o sigan siendo violentadas, lucha por los niños y niñas, esposos, madres, hermanos/as, amigos… que pierden a esa mujer amada. No esperemos a cobrar conciencia hasta que este mal criminal toque a nuestras puertas y sea nuestra esposa, hija, madre, amiga, amante… la que se sume a la lista de femicidios.
Cierto, existen diferentes banderas y divergentes posturas ideológicas y discursos políticos en la lucha contra la violencia hacia la mujer y los femicidios. Feminismos (ecofeminismo, feminismo radicalizado, nazifeminismo, feminismo de élite, e.o), movimientos contra la violencia hacia las mujeres indígenas, campesinas, negras, niñas; movimiento LGBTI, algunos partidarizados y polarizados políticamente…
Pero aunque no compartamos posturas ideológicas y banderas particulares, SÍ debemos sumarnos desde nuestras propias luchas, creencias (que no sean patriarcales y machistas), prácticas y profesiones a contribuir a hacer más agradable, bonito, gozoso y justas nuestras relaciones con las mujeres.
Compañeros, amigos y hermanos díganme si me equivoco: ¡que cosa más rica, gozosa y agradable que amar a nuestras mujeres en sus roles de madres, hijas, pares laborales, amigas, amantes, exparejas, madres de nuestros hijos/as! No tengan cuidado de la expresión “nuestras mujeres”, los hombres que amamos y sabemos dejar amar sabemos que esa expresión es de intimidad y nunca de dominio machista.
 Hoy conmemoramos una fecha que nos recuerda las tragedias de cada una de las mujeres asesinadas y violentadas, quizá alguna vez nosotros y nosotras hemos violentado a mujeres cercanas, HAGAMONOS RESPONSABLES RESTITUYENDO A LA AGRAVIADA; pero también hoy Celebramos que cada vez más hombres y mujeres hacemos conciencia de nuestros machismos y formas de violencia y nos sumamos a la marcha, el movimiento, la lucha, la celebración, la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres! Hoy en la marcha en Nicaragua hubo fiesta, algarabía, encuentros de amigas y amigos, risas, gritos, bailes, pero también quejas, consignas; un sentimiento de avance conjugado con sentimientos de dolor, recuerdos tristes, arrechuras.
El Día Internacional de las Mujeres no es el día internacional de la división, donde solas las mujeres conmemoran, sino que es la invitación a ser solidarios, acompañantes, luchadores hombro a hombro, mano a mano hombres y mujeres por una sociedad donde el don del ágape se haga realidad, donde la GRACIA sea la luz y energía que nos una y nos de las fuerzas necesarias para caminar juntos y juntas hacia la equidad.
Propongo una mesa nacional de dialogo intersectorial para una educación que promueva la equidad, la paz, la justicia de género.
Propongo que haya una estrategia concertada en todos los medios de comunicación para el abordaje noticioso, educativo y preventivo, de los casos de violencia y femicidios; seleccionando programas educativos hacia una cultura de paz, convivencia y justicia de género.
Propongo que los concilios evangélicos y la conferencia episcopal de Nicaragua, o sea el cristianismo en general, se sumen al dialogo como actores claves en la erradicación de la violencia a través campañas, predicas, acompañamientos a procesos de sanación a víctimas, e.o. Cambiando el “enfoque hermenéutico conservador y tradicional de la “familia a pesar de todo” por un discurso de la familia como espacios educativos, sanadores, constructores de identidades evangélicas, verdaderamente evangélicas, que significa: amarnos los unos a los otros y llevar las cargas los unos a los otros.
Dejemos atrás las divisiones y polarizaciones, nuestras madres, hijas, esposas, compañeras, esposos, compañeros, amigas, amigos nos lo piden, nos lo exigen. Detengamos el femicidio sino queremos que derribe nuestras puertas; ya que ha derriba las puertas de muchas hogares causando luto y más dolor en nuestra sociedad.
¡NI UNA MENOS, PERO SÍ MUCHOS HOMBRES MÁS SUMADOS POR LA EQUIDAD, LA PAZ, Y LA JUSTICIA DE GÉNERO!
8 de Marzo
Día Internacional de las Mujeres,
En la lucha contra la violencia

Miguel España.

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