INSURRECCIÓN POPULAR Y REVOLUCIÓN SIMBÓLICA




Los símbolos son instrumentos de poder y dependerá del sistema simbólico de donde toman su sentido que estos serán de dominación o de liberación.

La fuerza del símbolo reside más allá del signo, estriba en su poder de interpelación social. El símbolo es un condensador de verdades, emociones, y consensos sociales. La cruz, la bandera, un héroe nacional, e.o., nos muestran esta verdad.

El ser humano es un homo simbólico, o sea un hacedor y decodificador de símbolos. El lenguaje, la religión, las ideologías, o sea, la cultura total, es simbólica.

Cuando un sistema simbólico ya no responde a consensos sociales de normas y valores, o sea cuando la sociedad ya no se identifica con ellos, estos símbolos dan lugar a nuevo símbolos, o estos mismos son resignificados. Esto es un largo proceso. Fue lo que sucedió después del derrocamiento de la dictadura somocista, los símbolos sandinistas vinieron a sustituir los viejos símbolos de la opresión, llenando la consciencia social de símbolos esperanzadores y creando un nuevo emocionar social de optimismo y nacionalismo.

El poder de los símbolos es más fuerte que las armas ya que estos remiten a cosas “sagradas”, a cosas inviolables, o sea, a consensos sociales interiorizados. Poder que interpela, que tiene su fuerza en su capacidad de convocar, avocar y  evocar deseos, esperanzas de todos y todas. Capacidad de cohesión e identidad social.

La clases políticas, religiosas y empresariales son expertos en manipular a las masas a través de símbolos, tanto de clase, de salvación como de éxito, respectivamente.
En el caso de la propaganda del gobierno nicaragüense utiliza los símbolos de héroes nacionales y de la lucha de la insurrección popular sandinista a su beneficio para interpelar sentimientos patrióticos y crear la idea de continuidad entre los ideales que representan estos símbolos y su gobierno, llamado segundo periodo de la revolución.

Muchos al principio creyeron irreflexivamente en esta estratagema.  La gente no solo quería creer, sino que necesita creer ante años de profundización de la pobreza y exclusión en Nicaragua. Todo cayó como anillo al dedo.

Progresivamente tras estos símbolos iba revelándose lo que realmente era el objetivo fundamental: la apropiación de todos nuestros símbolos nacionales, incluido los de la revolución popular sandinista,  el secuestro de la institucionalidad del estado de Nicaragua y el enriquecimiento de la familia presidencial y sus fieles allegados. 

Estos actos fueron minando el poder de convocar, avocar y evocar de los símbolos que les identifica. Los “chayopalos”, “la bandera roja y negra”, los colores y escudo del gobierno principalmente han sufrido desvaloración, peor aún después del asesinato de alrededor de 76 ciudadanos nicaragüenses por parte de la policía nacional y bandas paramilitares vinculadas al gobierno.

Estos símbolos representaban, en palabras de Bourdieu,  una relación social donde el "dominador" ejerce un modo de violencia indirecta y no físicamente directa en contra de los "dominados", los cuales no la evidencian o son inconscientes de dichas prácticas en su contra, por lo cual son cómplices de la dominación a la que están sometidos…  La violencia simbólica no es menos importante, real y efectiva que una violencia activa ya que no se trata de una violencia “espiritual” sino que también posee efectos reales sobre la persona… Para identificar la violencia simbólica lo primero es identificar que este tipo de violencia se ejerce a través de la publicidad, las letras de canciones, del refranero y de los dichos populares, juegos de video, novelas, revistas o caricaturas (Bourdieu)

Es todo un trabajo hipnotismo, o en palabras chamánicas, de embrujamiento. El asesinato de los 76 chavalos protestantes fue el deshipnotizador que despertó al pueblo, provocando una insurrección de la consciencia.

Ahora estamos ante una fuerte lucha a nivel factico, pero también a nivel simbólico.
En Facebook pude escuchar una entrevista que se le hizo a un seguidor de una secta esotérica, Ariché creo, el cual dijo que al destruir los árboles de la vida (chayopalos) se estaba provocando a los dioses, y que estos tendrían su revancha. Esta interpretación esotérica no debe satisfacer a nadie. Propongo otra interpretación.

Estos árboles llamados de la vida, son realmente símbolos de represión y de alienación. Embrujan. Se enmarcan en un ritual de control de masas.

El “dios” detrás de estos símbolos es la dominación de las subjetividades que se expresa políticamente en la dominación objetiva a través de las instituciones intervenidas. El “dios” que se revela contra el “despale” de chayopalos no es un demonio mitológico, sino que es el “demonio” de la consciencia de muchos nicaragüenses hipnotizados y demonizados. Esto se corrobora al recordar como la JS,  motorizados y orteguistas han perseguido, vapuleado, intimidado, e.o., a la ciudadanía protestante. En esta lucha “psico-espiritual” ha emergido otro “dios”, es el de la consciencia insurrecta del pueblo nicaragüense que ha liberado su subjetividad de toda sujeción dictatorial.

La interpretación esotérica de los actos simbólicos cívicos de echar abajo los chayopalos introduce miedo, pero la interpretación psicoantropológica que explica la dinámica de la lucha de poder entre los demonios-hipnotizados y la insurrección de la consciencia popular es liberadora porque enfatiza la deshipnotización, desembrujo o despertar de la consciencia y la voz de los y las nicaragüenses.

La transformación de la consciencia refleja un cambio de los símbolos cohesionadores y que legitima los modelos políticos, sociales y religiosos; el cambio de consciencia provoca el cambio de símbolos que la soportan.

Es interesante para la reflexión comparar la caída de los símbolos del poder-dominación en Nicaragua cuando estos ya no responden a los ideales populares y son sustituidos por un nuevo sistema simbólico que da lugar a una nueva Nicaragua. 

El “despale” de los chayopalos, pintar los monumentos rojo y negros en azul y blanco, tranques, marchas, destruir las vallas coloridas que rinden culto a la pareja presidencial, renombrar la rotonda Bolivar como rotonda Álvaro Conrado,  se inscribe en esta insurrección de la consciencia que dará cabida a un nuevo ideario democrático, una nueva cultura política, nuevos valores ciudadanos y una nueva ética religiosa un poco más social.

¿Es posible que por la "ley del bronce" se geste un nuevo grupo político que pretenda eternizarse en el poder? Si, pero ahora tenemos este ejemplo de la insurrección del pueblo nicaragüense contra las formas de represión y dictaduras que servirá como advertencia a cualquier político con aventuras monárquicas en el presente y futuro. 

Miguel España
Teólogo y educador
23 de Mayo del 2018

Comentarios

  1. Acertada reflexión. Seria productivo actualizar el análisis con los últimos acontecimientos hasta el dia de hoy 11 de Agosto de 2018.

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