NAVIDAD, NUEVA CONCIENCIA Y LIBERACIÓN.
La
navidad es el “sí” de Dios a la humanidad. Éste sí es tanto crítico como
afirmativo. La encarnación del Hijo de Dios (Jn.1.14) es una crítica a toda
religión y política des-encarnada, o sea, a todo sistema elaborado a partir del
poder y sus múltiples mecanismos de des-encarnación (violencia); y afirmativa
ya que re-afirma nuestra “carne” como síntesis de múltiples factores
relacionales y generador de la persona en su proceso de humanización. La
carne/corporeidad es salvífica.
El
Imperio Romano no solo era des-encarnado sino desgarrador de los cuerpos
humanos: el hambre, la mendicidad, la pobreza, exclusión, esclavitud son prueba
de ello. El signo de victoria del poderoso se encuentra principalmente en los
cuerpos de sus víctimas. En el Nuevo Testamente el pecado y la injusticia se
mide por tantos huérfanos, mendigos, viudas, personas con enfermedades
mentales, etc. La negación del cuerpo/carne por lo político y lo religioso es
la negación de la vida, negación de identidad, negación de esperanza. La negación
absoluta es la negación de la vida de un recién nacido. El asesinato de los
niños menores de 2 años en el relato bíblico es elocuente por sí mismo. La
carne/cuerpo de un niñito es el lugar sagrado para toda persona y pueblo, es
esperanza, es continuidad e identidad cultural. Toda esperanza muere cuando los
niñitos no son cuidados.
La
encarnación del Hijo de Dios, es un niñito, revela la inversión de toda lógica
religiosa y política: la afirmación de la vida, aún en su realidad más débil.
El cuerpo/carne más débil, sensible, sensitivo, y con ello una capacidad de
aperturidad absoluta, es la de un bebé, que extiende sus bracitos cómo
invitación a la acogida, a la vinculación, a la confianza. El niño Jesús, todo
su cuerpo es débil, el más débil de todos: débil bebé, débil pobre, hijo de un
pueblo explotado por el imperio. Este principio de debilidad absoluta
representa desde ahora hasta siempre la crítica a todo sistema
político-religioso que niegue la carne/cuerpo del individuo, la carne/cuerpo de
los pueblos, la identidad y la esperanza de los más débiles en este mundo.
El lado negativo (o mejor dicho
crítico) de la Encarnación es la crítica a la des-encarnación, pero que a su
vez tiene un lado afirmativo: afirma toda vida, por muy débil que sea; la
afirma en su carnalidad, en su materialidad. La carne/cuerpo es el principio de
relación del ser humano con la naturaleza a través de los dones de la tierra
para su cuido y consumo, de relación con el prójimo a través del apoyo y ayuda
mutua en el trabajo, en el hogar, en la diversión, en los afectos; y relación
con Dios a través de su fe.
Esta Navidad para los y las
nicaragüense representa la oportunidad de “acoger” en el pesebre de nuestros
corazones al Dios de la Vida y de la historia. Significa recuperar la plena
confianza en que Dios actúa desde el corazón de la historia y los pueblos, acompañándonos
en nuestra liberación y salvación.
Liberación y Salvación en Nicaragua
significa trascender el modelo político de la “voluntad de Poder” (yo mando
aquí), por un modelo político de “voluntad de vida” (todos mandamos-democracia)
El proceso es Personal y social, material y espiritual, dialéctica y
respectivamente. Es salvación integral.
La fuerza de la navidad no está en el
consumo y en los estrenos, sino en la nueva conciencia iluminada desde el
pesebre del niño Dios. Ahora nuestros cuerpos son restituidos; nuestra
corporalidad personal, familiar y social.
El “SI” de Dios es la afirmación de
la vida justa y plena humana, a este infinito SI unimos nuestro SI humano. El
SI humano es gratitud, servicio y entrega; es acogida del mendigo que llevamos
dentro, del ene-migo, del otro diferente. Pero también es el SI de la
afirmación de la vida por medio de la “actividad impropia del amor” (Tillich),
o sea, la destrucción o juicio de aquello que obstruye al amor y la justicia.
Si Dios nos da su SI divino,
entonces, ¿cuál fue la pregunta o petición?
Jesucristo ha nacido, somos libres,
Aleluya, Aleluya, Aleluya, Amen!
Prof: Miguel España.
Teólogo y educador
Comentarios
Publicar un comentario